De tu arte a mi arte...
Cubrir la fuente de artes plásticas es muy divertido pero a veces se vuelve una labor un tanto complicada. Después de una conferencia de prensa sobre una expo de arte contemporáneo, Caroline, me dijo: “cómo le hago para escribir sobre algo que ni yo entiendo”.
Yo me quedé con la misma sensación (de hecho, llevo casi año y medio con las mismas dudas y hasta ahora nadie me ha dado respuestas que me convenzan). Me da la impresión que el término arte se ha devaluado al grado de que un grupo de juniors presentan sus “obras” enmarcadas en “arte contemporáneo” o "arte conceptual", se intercambian elogios con adjetivos como: “sublime”, “poético” “con un lenguaje abstracto exquisito” y al final consiguen su objetivo: provocar y escandalizar pero hasta ahí, sin una forma ni un fondo que en verdad sustente “semejante” trabajo.
Pienso en algunos ejemplos:
El artista visual Yoshua Okon presentó una instalación titulada “'HCI' (ácido clorhídrico)” que consistía en una serie de tubos transparentes por donde pasaba ácido gástrico proveniente del vómito de decenas de chicas Ibero, esto con la intención de cuestionar los estándares de belleza que exponen a las mujeres a padecer bulimia o anorexia.
El inglés Damien Hirst, quien es elogiado en varias partes del mundo y sus piezas alcanzan cifras millonarias, presenta animales conservados en formaldehído, como una vaca cortada en pedazos, o un tiburón tigre, considerada la segunda obra más cara de un artista en vida (se vendió en 10 millones de dólares.) El museo de San Carlos tendrá una expo en octubre.
Y mi favorito, Gabriel Orozco, que utiliza llantas, pelotas y hasta piedras para, según críticos de arte “modificarlos o recontextualizarlos y luego usarlos como un puente que conduce a lo sublime”. Ahí nomás, eh, y prepárense porque Bellas Artes ya contempla una muestra retrospectiva a finales de año. La obra que más recuerdo, es “Caja de zapatos” que era eso, una caja de zapatos vacía para representar un “recipiente de la nada”. (Por cierto, cuando vi eso ni dormí ante tal reflexión).
Digan lo que digan y por más que me expliquen las “bondades” del arte actual, su capacidad transgresora, crítica, y bla, bla, bla, sigo pensando que se trata de “arte” elitista y efímero en donde algunos colados se cobijan para presentar sus ocurrencias y chistes fáciles, o ¿será que traigo una versión antigüita sobre el arte?
De momento, creo que me quedaré con la frase del Mike cuando hablamos del asunto: Si el arte es un reflejo de la sociedad de una época... estamos en decadencia.