Lo que todos hacemos...
Cuando abrí la puerta del salón de clases me llegó el tufazo. Una combinación de aire caliente con un olor a sudor, que ¡ah, jijo!, picaba la nariz, pero no me detuvo para avanzar como si nada hasta el escritorio.
Ya después me quedé pensando...¿Por qué ese asco y cara de fuchi a los fluidos naturales del cuerpo? Repulsión hacia el sudor, la orina, el semen, la saliva...no importa, a fuerza nos empeñamos en eliminar sus rastros y en condenar a aquellos que dejan alguna evidencia. El ejemplo clásico: el chavito que se orinó en la cama y la mamita que empieza: ¡Guaaaacala, fuchi, te hiciste pipiii!
Ahora la moda entre las artistas de Hollywood es inyectarse botox en las axilas para no sudar y que en la entrega de premios no se vea la manchota en el vestido, pero si estás nerviosa, pues sudas y qué. No le hagan al cuento. Es normal y hasta ayuda a disipar el calor.
Como si alguien hubiera escuchado mis dudas, me encontré con la sorpresa de que Perujo nos regaló el “El libro de las cochinadas”, cosa que agradezco mucho porque llegó en muy buen momento.
Apenas revisé la introducción y el índice, y veo que es un texto que promete!, ja, ja!
El contenido:
La orina, el eructo, los mocos, los gargajos, escupitajos, el sudor, la vomitada, barros y espinillas, cera, mugre, lagañas, mal aliento y hasta dichos y textos cochinos.
Para los autores Juan Tonda y Julieta Fierro “dejar de hacer cochinadas resulta imposible-a menos que alguien quiera demostrar lo contrario-, así que ya es hora de aceptarlas y conocerlas. La cultura cochina también forma parte de nuestra vida cotidiana y la ciencias de las cochinadas nos permitirá ser muy cochinos pero a la vez muy saludables, ¡ ese es el reto!”
4 Comentarios:
Lubinka: ay, hazte pallá que güelo mal.
Moi: tás loca, hazte tú pacá.
Lubinka: ¡nooo...!
Moi: (la abrazo, la beso, hacemos el amor y, en el acto, no puedo contenerme: la huelo, muerdo, beso... y lamo).
Diría más cosas, pero es la primera vez que entro acá y no quiero me que digan "el confianzas". Además sospecho que Lubinka no estaría muy de acuerdo.
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Qué bella foto del profile.
Saludos, CED,
Qué bueno que te tomaste el trabajo de reseñar ese libro, el más divertido, edificante y profundo que he leído en muchos meses. Con esa obra, mi admiración a Julieta Fierro se volvió incondicional, absoluta e irracional.
Un abrazo.
¿por q? por q siento q el hombre tiene siempre la pretención de no sentirse animal. Aún asi (y a pesar de q me de un asco irracional pensar en eso) leere el libro... desconocía q existia algo escrito sobre el tema ^^.
El otro día ví un programa en el once en el que un poco explicaba el porqué del rechazo natural a todos estos fluídos y otras cosas más, como los insectos y las víboras.
Todo lo que sale de nuestro cuerpo, son desechos por lo general, como la orina y las heces fecales, el sudor en cambio, es una combinación de sal y de agua con algunos otros componentes que sirven para refrescar la piel, haciendo la función del radiador en un coche. Lo que huele mal en el sudor, no es el sudor en sí, el sudor no huele mal (dirás ¿Cómo de que no?), sino las bacterias que comienzan a procesarlo cuando se encuentran con él, por eso mientras más limpios estamos, aunque sudemos, no apesta (je je perdón por la palabra, pero es la más precisa).
En el caso del semen o los líquidos vaginales, que tienen otra función, en el momento necesario, por así decirlo, son afrodisíacos en su olor, pero al pasar las horas, estas sustancias se convierten en desecho, pues al ser materia orgánica, son suceptibles a descomponerse, por lo que genera un mal olor para que nos deshagamos de ellas.
Es tan fuerte esa necesidad humana de cuidadnos de la materia que se echa a perder, que cuando las cosas comienzan a descomponerse, adquieren un mal sabor. en fín, que en sí no es que despreciemos los olores corporales en sí, sino que más bien lo que rechazamos es el cúmulo de desechos que salen de nosotros y deben estar lejos.
Saludos
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